El entro a la habitación y se recostó en el borde de la cama,
Ella, ya estaba sentada desnuda en un sillón, frente a el.
El la miro, provocándole un fuego, que estallo en el centro de su cuerpo…
Ella, sintió un calor que la recorría, como un dulce rose que hacia que se acariciara los pechos y abriera sus piernas.
El no dejaba de mirarla, con deseos de tenerla…
Ella seguía mordiéndose los labios, mientras se masturbaba y gemía, arqueaba su cuerpo dejando caer la cabeza y su largo pelo moviéndose despacio, dejando entrever las ganas de que la penetre…
El estaba excitado y se acerco a ella para practicarle sexo oral, introdujo su cabeza entre las piernas y su lengua en la humedad de su vagina, saboreando sus fluidos y aspirando el aroma a sexo, ya esparcido por la habitación…